Cómo Tsunoda jugó un papel clave en la excepcional pole de Verstappen en Arabia Saudita

Max Verstappen fue sorprendentemente nueve décimas más rápido que su compañero de equipo Yuki Tsunoda en la parte final de la clasificación en Arabia Saudita. Un margen demasiado grande dentro del mismo equipo. Sin embargo, Red Bull Racing mirará con cierta satisfacción la actuación de Tsunoda, ya que jugó un papel significativo en la vuelta de pole de Verstappen.

Varios factores desempeñaron un papel en lo que parecía imposible hasta el sábado por la noche. Por supuesto, estuvo la llamada del ingeniero de carrera de Verstappen, Gianpiero Lambiase, para enviar a Verstappen a la pista con más combustible de lo habitual para su intento en Q3, también con neumáticos ya utilizados.

Esto permitió que Verstappen estableciera un punto de referencia, haciéndolo apenas un poco más rápido que Oscar Piastri. Luego Verstappen entró para un nuevo juego de blandos, con los cuales marcó el tiempo más rápido en los últimos segundos.

Como el último de los pilotos de punta, Verstappen se benefició de la continua evolución del circuito, que se volvía más rápido con cada minuto. Además, Verstappen tuvo la suerte del accidente de Lando Norris, lo que causó que la sesión se pausara por algún tiempo. Como resultado, la temperatura del asfalto bajó, lo cual fue ventajoso para el RB21.

Finalmente, Verstappen recibió ayuda de su compañero de equipo Tsunoda, quien le dio un rebufo en el primer sector, que resultó ser el sector crucial, otorgándole al holandés una velocidad máxima extra y permitiéndole ganarle unas pocas centésimas a sus competidores Piastri, y también George Russell.

En última instancia, las circunstancias favorecieron a Verstappen, pero eso no debería restarle mérito al piloto de Red Bull. Fue su inmenso compromiso, volando cerca de las paredes del circuito callejero de Jeddah y cortando sobre los bordillos, lo que aseguró que tomara una pole que nadie había considerado posible unas horas antes. Ni siquiera el mismo Verstappen.

Este artículo fue escrito en colaboración con Ludo van Denderen